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La
civilización maya se desarolló durante 4000 años,
entre siglos III a.C. y XVI
d.C. y ocupaba el sur de México, parte de Guatemala, Honduras,
El Salvador y
Belice. Se organizaban en ciudades estado independientes.
Su
principal actividad era la
agricultura. Cultivaban maíz, cacao, algodón, tomate,
tabaco y aguacate.
Además, pescaban y cazaban los animales con lanzas, arcos y
flechas. Fabricaban
cerámica, telas y eran comerciantes.
Sabían
matemáticas: tenían sistema
numérico vigesimal – consideraban el veinte como unidad
básica, y no decimal,
como nosotros. Conocían la cifra cero, sabían sumar,
restar, multiplicar y
dividir. Eran también astrónomas y podían predecir
eclipses.
Tenían un calendario de 365 días. El
año tenía 18 meses de 20 días y un otro más
de solo 5 días. También tenían un
sistema de escritura jeroglífico – escribían textos
de medicina, matemáticas y
de astronomía.
Los Mayas eran exelentes arquitectos y escultores:
construían palacios, templos, juegos de pelota, fortificaciones,
calzadas que
unían las ciudades principales. Utilizaban la piedra y la madera
para sus
construcciones.
Hoy
podemos ver los restos arqueológicos del imperio maya en
México (Palenque, Uxmal,
Chichen Itzá), en Guatemala (Tikal), en Honduras (Copán),
en Belice y en El Salvador.
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